Absolutismo es
la denominación de un régimen político, una
parte de un periodo histórico, una ideología y una forma de gobierno o de Estado (el Estado absoluto), propios del llamado Antiguo Régimen, y caracterizados por la pretensión teórica
(con distintos grados de realización en la realidad) de que el poder político del gobernante no estuviera sujeto a ninguna limitación institucional, fuera de la ley divina.[] Es un poder único desde el punto
de vista formal, indivisible, inalienable, intranscriptible y libre. Los actos
positivos del ejercicio del poder (legislación, administración y jurisdicción)
se apoyaron en la última instancia de decisión: la suprema monarquía, emanando de ella, no estando por encima sino por
debajo;lo que implica la identificación de la persona del rey absoluto con el propio.
La monarquía absoluta es una forma de gobierno en la que el monarca (lleve el título de rey, emperador, zar o cualquier otro)
tiene el poder absoluto. No existe en ella división de
poderes (ejecutivo, legislativo y judicial).
Aunque la administración de la justicia pueda tener una autonomía relativa en
relación al rey, o existan instituciones parlamentarias, el monarca absoluto puede cambiar las
decisiones o dictámenes de los tribunales en
última instancia o reformar las leyes a su voluntad (La
palabra del rey es ley). Nombra y retira a sus asistentes en el gobierno a
su voluntad. La unidad de todos los poderes suele considerarse justificada por
considerar que la fuente del poder es Dios y que los monarcas
ejercen la soberanía por derecho
divino de los reyes. No hay
mecanismos por los que el soberano (que no reconoce superiores) responda por
sus actos, si no es ante Dios mismo.
La monarquía
absoluta se desarrolla históricamente en la Europa Occidental a partir de las monarquías
autoritarias que surgen al final de la Edad
Media.
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